Autor: José Rivero
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Bolas. Tengo el video, pero no el nombre del presentador. Entrevistados: Donald Trump y JD Vance. Pregunta el entrevistador a Trump: ¿va contra los carteles mexicanos? Trump contesta: Absolutamente, tiene México que actuar de inmediato y no lo va a hacer por lo que muy pronto se verá cómo actuaremos. El fentanilo está matando ¿300,000? personas y ahora los carteles están gobernando México. Entonces Vance añade. A México le conviene porque ellos no pueden lograrlo. Bolas. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Autor: José Enrique Carrillo
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Amigos de Monitor Político; apoyando al ministro Alberto Pérez Payan en su decisión politizada de que provocó la Suprema Corte con algunos integrantes, sin tener la capacidad intelectual que deberían tener, pero no tienen, que es la herramienta jurídica federal, sin política alguna sólo actuando, al ministro mencionado ya lo tratan de traidor, vi fotografía de uno de sus libros tirado en un cesto de basura y no dudo le hayan recordado a su madrecita que nada tiene que ver con el problema del grupo política de la suprema corte que está muy alejado de aquella frase de don Carlos Castillo Peraza "esto es política señores"; no es jurídico, lástima de ministros persignados; considero que están mal; la corte es jurídica, no política; gracias por el espacio. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro
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Con Ojos y Oídos de Niño... de 82 Años, Clamando en el Desierto". Cuando Muere un Hijo. De los temas que he tratado en estos años en el Monitor Político, el sexo y la muerte, en especial la de un hijo, han sido los más comentados por mis amados leyentes. La culpa, el rencor, las dudas, la rebeldía, la impotencia, el odio ciego, el temor supersticioso y renovado, de que nos vuelva a suceder, nos aguijonearán incesantemente, por los días que nos quedan de vida. Dice un sabio refrán árabe, "Ningún hijo debe morir antes que sus padres". Puedo asegurar que todos los que tuvimos hijos, estaremos de acuerdo, más aún, los que hemos perdido a uno de ellos. No importa el sexo, la edad, la forma en que murieron, por accidente, enfermedad, por mano propia o ajena. No importa si eran buenos o malos, guapos o feítos, inteligentes o no tanto. ¡Eran nuestros hijos y hubo un tiempo pasado, que fueron nuestros bebés! Imaginen como la pasan las Madres Buscadoras, errando por todo el país, con la esperanza de poder recuperar los restos mortales de sus hijos. Aunque la mayoría, en su interior, saben que vivos no los volverán a ver, a pesar de que se hayan dado casos increíbles. Cuando tratan de consolarnos con palabras que nos suenan huecas, como, "Dios sabe lo que hace; Ya está en un mejor lugar a su diestra; Ten resignación, se fuerte, tienes otros hijos por los cuales velar; La Virgen María también perdió a su hijo...". ¿Qué sientes? ¡Ganas de gritarles que se callen, que no digan estupideces, que no tienen la mínima idea por las que estás pasando! ¿Verdad? Es natural sentir todo lo que sientes en esos momentos y por los años futuros, pues es muy importante que sepas que pasarán los años y nada te regresará la alegría que perdiste con su muerte. Muchos padres esperan que el tiempo les ayudará a resignarse, quizá sí, pues es imposible dar marcha atrás a la punzante realidad, pero olvidarlos, ¡Jamás! He escuchado por boca de especialistas que se dedican a la Tanatología, (que es el estudio y efectos de la muerte en los humanos), que un duelo no debe durar más de uno o dos años. Después de ese tiempo, lo consideran Duelo patológico. ¡Es Falso, Están equivocados! Eso no existe. Pregúntenle a las Madres Buscadoras y escucharán la respuesta materna, desde la orilla de un camino polvoriento y alejado o del interior de una peligrosa barranca, un campo nevado o un lejano deserto. Es una invención de los sociólogos, psiquiatras y psicólogos gringos, sociedad acostumbrada a enviar a sus jóvenes a la guerra. Es obvio que hablan a lo tonto o que no han experimentado la muerte de un hijo, y lo que es peor aún, si fue así, que tratan de adaptarse a los moldes de las teorías que creen y practican. Les advertimos que el tiempo les mostraría cuan equivocados estaban. Pasaron los años, nos reencontramos y con lágrimas en los ojos, sin decir a que se referían, nos dijeron, ¡Tenían razón! Nota Bene: Artículo planeado para el pasado día los Santos Difuntos. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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