Autor: José Rivero
Comentario:
Los de arriba. El gobierno y sus líderes hablan, juran, prometen, pero NO HAY RESULTADOS, ¿y saben por qué? Porque están coludidos los de arriba. Dígame usted ¿Qué logros han obtenido en la secretaría de la mujer? Ninguno. Solo una buena chamba para el compadre y gastos, gastos y gastos.
Autor: Vicky Rivero
Comentario:
“Causa causae est causa causati". “La causa de la causa es la causa de lo causado”. Dice la wikipedia: Esta frase “significa que quien causa una causa, también es responsable de lo que resulta de esa causa. Esta premisa se utiliza en el ámbito del derecho para atribuir responsabilidad penal o civil, donde la acción de una persona, aunque sea indirecta, puede ser considerada causa de un resultado no deseado”. Con esto quiero argumentar que los consumidores de la droga son la “única”, y sostengo, la única fuente de todos los males que nos tienen de rodillas. ¿Cómo no se combate a fondo el consumo de la droga y si la comercialización y trasiego de la misma? El dinero que paga el consumidor se utiliza para comprar la droga, más las armas, más las corrupciones, más los delitos que cometen los drogadictos y los comercializadores de la droga. Las violaciones en un altísimo porcentaje las cometen personas drogadas, los robos también en un altísimo porcentaje lo cometen drogadictos que buscan dineros para seguir comprando. Los desaparecidos también en alto porcentaje son causados por los mismos delincuentes, los delitos de corrupción de funcionarios y en fin, “el consumo de la droga es la fuente de TODOS los males” y este consumo ¿NO SE COMBATE? Nullius in Verba.
Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro
Comentario:
"Con Ojos y Oídos de Niño de 84 Años... Clamando en el Desierto" ¡Increíblemente, Aun así, llegaron a Presidentes y Gobernadores! ¡El mundo anda al revés! Ahora los psicóticos, los sociópatas, los locos de capirote, delincuentes convictos y confesos, gobiernan a los países y a las sociedades actuales, si, a las que creemos y calificamos de modernas. Los asesinos de sus hermanos, los denunciantes de sus cónyuges, padres de sus hijos, que los entregan a la justicia enemiga, por 30 monedas de cobre. Si eso hicieron con sus parejas, que no harán con nosotros. Ahora son los que empuñan los bastones de mando, para apalear a los inocentes o a los que disienten de ellos. Los socarrones y los taimados, que fingen honradez franciscana, amor cristiano cercano a la santidad. Se burlan de sus gobernados que se mueren de hambre, mientras ellos comen en restaurantes de 5 estrellas y se embolsan miles de millones de pesos del huachicol o dólares del erario. Al mismo tiempo que dejan sin servicios médicos básicos y de especialidad, a los que pagan sus impuestos religiosamente y de los cuales salen sus jugosos salarios. ¡Desvergonzados! No les importa dejar sin comida y medicinas a millones y millones de semejantes, incluidos bebés inocentes que nada saben de ideologías y luchas partidistas o ancianos que trabajaron todas sus vidas para fortalecer económicamente a sus países. ¡Hijosdesuchi! Se creen herederos indiscutibles de los bienes de la nación y usufructuarios legítimos de la hacienda nacional. ¡Huevones! A la hora de impartir la justicia, sobre los pescuezos ajenos, se portan como señores de horca y cuchillo medievales. No toleran el menor disenso de sus idiotas ocurrencias, que sus corifeos les aplauden como aciertos lapidarios y decisiones draconianas. ¡Cobardes! Hay quienes ni su propio idioma materno conocen y se expresan con frases entrecortadas. ¡Y aun así, llegaron a ser Presidentes y Gobernadores, de sus entidades! Son ignorantes de una ignorancia oceánica, por la cual se alejan de los reflectores que los denuncien y transparenten sus flacos intelectos. Zafios, ramplones, por lo que sus limitados lenguajes se componen básicamente de burlas, sarcasmos, insultos, dicterios, baldones o expresiones altisonantes, propias del nivel laboral y educativo más bajo de la raza. Su idea de la justicia es la amenaza, la revancha, la violación e interpretación de la Ley "Pro Domo Sua", la persecución ciega e implacable y la extinción de sus supuestos enemigos. Que generalmente o son imaginarios, productos de sus mentes calenturientas y afiebradas o simples disidentes de sus idioteces. Son delincuentes certificados aún por las más piadosas de las leyes, a las cuales ignoran, violan, burlan y doblan repetidamente, de acuerdo con sus vulgares deseos o necesidades situacionales. Son volubles, caprichosos, por lo cual, lo que un día es válido, al siguiente es todo lo contrario, aún en los más altos tribunales de las naciones que encabezan. Generalmente, corrompidos por ellos hasta los tuétanos, con jueces incondicionales "Ad Hoc", (Lenia y etc.), puestos por ellos mismos. Las actuales nomenclaturas y clasificaciones oficiales e internacionales de los trastornos y disfunciones mentales, son insuficientemente inclusivas y extensas para diagnosticarlos. Por lo cual deberían actualizarse de común acuerdo por todas las naciones del globo. Estableciendo como medidas precautorias y obligatorias, que todos los aspirantes a puestos ejecutivos, judiciales o legislativos en los países miembros. Fueran evaluados por cuerpos colegiados nacionales, certificados por los organismos responsables de la salud física y mental pública, de las poblaciones de sus afiliados. No tengo que mencionar nombres, para afirmar que, en la actualidad mundial, al norte y el sur de nuestro país, de Alaska a la Patagonia y entre nosotros mismos. Existen locos de remate, sociópatas, psicóticos, al frente de las principales naciones del mundo. Haciendo y deshaciendo, de acuerdo con sus viscerales y torcidos deseos. Muchos de ellos, en los límites de la absoluta locura y la demencia superlativa. ¡Y Aun así, llegaron a ser Presidentes y Gobernadores, de sus entidades! Nota Bene; La anulación de la pobreza, la ignorancia, la insalubridad, la enfermedad, la incapacidad, la desigualdad, todas son promesas incumplidas y asignaturas pendientes por los actuales gobernantes, tanto a nivel municipal, estatal, nacional e internacional Por lo cual debemos decir una y mil veces... ¡BASTA!
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