Autor: Rogelio González Ramírez
Comentario:
Pobre país, pobre México, fueron las últimas expresiones de una larga plática que tuve con un señor de edad madura, profesionista él, de mediana cultura, en atención a su edad informado de los hechos sociales, culturales y políticos del pasado y presentes del país, con relativo éxito patrimonial por sus actividades profesionales y empresariales e incluso con intermitentes actividades políticas, en distintos partidos, dentro de su ya larga vida biológica. Para llegar a las expresiones finales al principio apuntadas, me hizo una serie de reflexiones respecto a las difíciles y muchas veces complicadas y conflictivas relaciones y actuares del género humano y de las diversas sociedades mexicanas en particular. Reconocía que los problemas del país, México, de sus años de juventud seguían siendo los mismos y hasta peores que los que privan en los años presentes de su ya abultada edad. La corrupción me decía, es a no dudar uno de los principales problemas del país, y no es por cultura, pero si por indolencia, por conformismo de la sociedad, por importamadrismo, por abusos nunca contenidos por parte de los corruptos que ejercen tales acciones, sabedores de que los responsables de sancionar sus malas conductas, no harán nada en contra suya o en el peor de los casos cualquier inicio de proceso, penal o administrativo en su contra, lo detendrán mediante la corrupción misma de los policías o auditores investigadores, de los ministerios públicos representantes de la sociedad facultados por la ley para procurar justicia ante una entidad jurisdiccional, o si se alcanzara a llevar la corrupción ante los juzgadores responsables de impartir justicia, es muy probable que hasta a estos últimos la corrupción pudiera alcanzarlos. Abundaba el dicho señor que siempre se consideró de izquierda, entendida ésta como la convicción política de que las acciones gubernamentales, además de que deben ser eficientes, deben procurar el que todos los miembros de su país, de su nación, tengan la oportunidad de competencias igualitarias, de pleno desarrollo emprendedor, de seguridad en su persona y propiedades, de su derecho a la educación y a la salud, de su derecho a vivir en un estado de derecho, entre otros muchos derechos de carácter social por su calidad de seres humanos y miembros de un determinado país y perteneciente a una nación. Ese izquierdismo, me dijo, que lo abrevó, originalmente, con el triunfo de la revolución cubana y la fortaleza, con sus asegunes, de Fidel Castro para soportar las presiones del llamado imperialismo yankee en aquellos gloriosos primeros años de la revolución cubana que lamentablemente no pudo emparejar su credo ideológico con el otorgamiento pleno de libertades que permitieran al pueblo cubano decisiones de alcances democráticos. Pero, en resumen, el señor con el que platicaba, afirmaba que ejerció ese izquierdismo cuando perteneció al PRI, al PRD y vio en Morena, del cual fue fundador, lo que durante mucho tiempo estuvo buscando; una agrupación, una organización social y política afín al izquierdismo como él lo entendía. Me siguió diciendo que el Morena que se construyó a partir de noviembre de 2012, representó un movimiento político de cambio para México respecto de los caóticos últimos 30 años de deterioros en todos los aspectos, donde la corrupción administrativa y política reinaba en el sector público y en el sector privado los grandes empresarios hacían de las suyas bajo la protección y cobijo de los gobernantes, encabezados por los Presidentes de la República de esos años, vendiendo la justicia, vendiendo el patrimonio nacional, permitiendo actos de corrupción a granel y haciendo de la impunidad una religión, permitiendo la creación y proliferación de organizaciones criminales, entre otros muchos factores negativos y Morena representaba en sus propuestas gubernamentales la esperanza de un ansiado cambio que finalmente se materializo con el triunfo electoral del 2018. Mas aún, su principal, promotor, fundador y Líder Andrés Manuel López Obrador, con quién tuvo la oportunidad de convivir en muchas ocasiones, durante todo su activismo político había manifestado una congruencia de ideas, de pensamiento y de acción. Me dijo que no le gustaron las consultas populares para cancelar el aeropuerto de Texcoco; para no cambiar el horario de verano; para no realizar acciones de investigación administrativa y penal en contra de las posibles corrupciones o malos manejos de los expresidentes, cuando a ojos vistas estos representaban la cúspide de la corrupción; para cancelar indebidos permisos para construir una cervecería en Tijuana; cuando lo correcto era que conforme a las facultades legales se debía proceder en consecuencia, de acuerdo con resoluciones técnicas en X o Z sentido. Iniciado el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, me dijo que, con gran entusiasmo aplaudió y hasta se puso de pie, la puesta en marcha de innumerables programas de apoyo social, entregando a números segmentos del pueblo, sin distingo alguno, recursos que seguramente los anteriores gobiernos se los robaban en una y cien formas y esos recursos entregados no se acumulaban en nuevas fortunas sino que de inmediato entraban de inmediato a la dinámica de la economía nacional dinamitando su desarrollo. Si acaso, se tenía que señalar uno, pero; no se analizaba con pulcritud si el presupuesto federal estaba en condiciones de aguantarlos todos, en deterioro de la urgencia de apoyos a la creciente demanda de infraestructuras y servicios educativos y de salud y sin dejar de observar que los dichos programas sociales empezaban a tener cierto tufo de carácter electoral contaminados desde el principio por una innecesaria estructura burocrática con los llamados “siervos de la nación”. Magnífica fue la defensa que se realizó del patrimonio nacional y en particular del petróleo y la energía eléctrica. Sin embargo, se hicieron a un lado las formas y la ley para realizar compras y celebrar contratos en forma directa sin licitación alguna y el colmo se entregó al ejército y la armada, innumerables funciones que deberían recaer en la esfera de lo civil, en síntesis, respecto a este tema, se militarizó el país, cuando los propósitos de una larga campaña política de 12 años había sido justificadamente que los soldados y los marinos deberían volver a los cuarteles. Como el propio Andrés Manuel López Obrador lo repitió infinidad de veces, la pasta de dientes que se extrae de su contenido es imposible regresarla y efectivamente, el ejército y la armada fuera de sus cuarteles será muy difícil hacerlos volver a ellos. El acabose fue cuando Andrés Manuel López Obrador, Líder nato del Partido Político Morena, permitió la destrucción de los objetivos primarios del partido que formó. No es posible realizar una transformación del país, política y administrativamente, con los mismos que desde la política o desde el sector privado estaban permitiendo la destrucción del país y de sus instituciones bajo acciones corruptas. Y eso fue lo que sucedió, incorporó y permitió que se incorporaran a su gobierno, como funcionarios o contratistas y además a la acción política, como nuevos morenistas, a cientos de personajes que en el pasado reciente habían furiosamente combatido las propuestas de su propia acción política. Hacer que se moviera el elefante con los mismos de siempre resulto imposible. En los conflictos en donde hay violencia con desacato a las normas legales, solo hay 2 partes; quienes la generan violando la ley y los obligados a que se respete debido a sus facultades. Quién gana es el que demuestre fuerza y en este caso, el gobierno federal, hasta este momento, ha abdicado de usar la fuerza para poner un orden y lo más lamentable es que parece ser que se continuará con una política de no contención para que en aspectos de seguridad se continue con la actual permanente zozobra. ¿Qué paso con la mafia del poder? Ahí sigue, más presente y fuerte que nunca. El levantamiento de un pañuelo blanco no nos demuestra que se ha terminado la corrupción, en el gobierno federal, y menos en los gobiernos estatales y municipales; en cuanto a corrupción nada ha cambiado y en cuanto a política no hemos avanzado un metro desde el 27 de septiembre de 1821, cuando entró el Ejercito Trigarante a la Ciudad de México. Todos esos comentarios y otros más, me los hizo el señor con el que estaba platicando; sin embargo no había pesimismo en él, me continuó diciendo que con buenos o malos gobiernos, estos últimos que no asumen sus responsabilidades, su país, México, en atención a los miembros de su población, a los muy inmensos e importantes materiales y recursos que posee, cree que continuará adelante y encontrará tarde que temprano la fuerza para realizar las reformas que sean necesarias; la judicial que se necesita y urge, pero no en los términos actualmente propuestos que son insensatos y realmente estúpidos; la reforma misma del poder ejecutivo que renuncia a ejecutar las acciones a que la ley lo obliga y responsabiliza y reformar al mismo poder legislativo, en sus 2 cámaras, que ostentándose como legisladores no son capaces de mover una coma a las poco sensatas iniciativas presidenciales. Las reflexiones del dicho señor las escuche con la mirada baja, reflexionando yo mismo sobre las mismas. Terminada la plática con las palabras al principio apuntadas, levanté la mirada y me di cuenta de que estaba frente a un espejo y que con quien estuve hablando era conmigo mismo. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Autor: Ariel Zapata
Comentario:
No es lo mismo ponerles un equipo fácil al principio, para que se estrene el Sr. Aguirre, que jugarle al Canadá que, con presencia física, velocidad e insistencia de ir tras el balón todo el tiempo, controló mejor el esférico con mayor precisión. México, no supo estructurar avances como acostumbra y cayó en el juego defensivo de los canadienses, a lo que Aguirre debe plantearse la manera de evadir esa marcación pegajosa que le planteó cada jugador contrario, a aquel jugador mexicano que lograba tener la pelota, tal vez combinando a un toque con precisión y comenzar la práctica de encarar, tanto de espaldas como de frente y por parejas driblando como el Chino Huerta, por varios de los jugadores que cuenten con esa destreza. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro
Comentario:
Con Ojos y Oídos de Niño... de 82 Años, Clamando en el Desierto. ((//1//)). Los Psicóticos, son Incansables. Una joven y bella dama, me decía que estaba admirada de la energía de varios actores políticos, tanto nacionales, como internacionales y citaba en primer lugar a Trump, a AMLO y a Maduro. No entendía de donde sacaban tanta fuerza física y resistencia, para estar siempre a todo vapor, en sus presentaciones en público y actividades proselitistas, por usar una expresión coloquial. Le respondí, que lo que a ella le parecía una virtud, o al menos una condición y característica de excepción, era en realidad una forma de conducta psicótica. Pues se ha visto que los psicóticos son incansables y de pasada se llevan entre las patas a todos sus familiares y asistentes, a los cuales exigen el mismo nivel de funcionamiento que ellos. Así como de motivación, compromiso, fidelidad y entrega a las causas que esos locos encabezan. Pueden renunciar a la comida, al descanso y hasta al sueño mínimo, pero para recuperar energías, se energizan con bocadillos y principalmente líquidos, sin descartar las drogas. Son como el motor de un automóvil, puesto en neutral y acelerado al máximo, hacen mucho ruido, queman combustible, contaminan, pero no avanzan. Sin embargo, todo tiene un límite, hasta la conducta de estos orates, pues sus organismos no son indestructibles y llega el momento en que se les pasa factura por los excesos a que sometieron sus cuerpos. Sin embargo, a diferencia de otras personas que no cuentan con los recursos médicos y económicos necesarios. Ellos disponen de estos, ilimitadamente y tienen la facilidad de cuidados rápidos e intensivos, de primera clase, que permiten recuperarse. Pero siempre ocultando sus problemas al escrutinio público, lo cual es otra de sus características, no pueden tolerar que amigos y enemigos, los vean flaquear. Pues va en contra de su falsa autoimagen de super hombres, escogidos desde el Empíreo por la divinidad para guiar al mundo. ((//2//)). AMLO, El Humanista Mexicano Peleonero. Pregunta, ¿Es esto un Humanista Verdadero? Acomplejado, Ido, Vengativo, Rencilloso, Persecutor, Picabuches, Burlón, Querulante, Descalificador, Antisocial, Rencoroso, Retador, Amenazador, Pendenciero, Resentido, Buscapleitos, Insultante, Ofensivo, Injurioso, Vejatorio, Desvergonzado, Irrespetuoso, Inicuo, Irreverente, Agraviante, Ultrajante, Afrentoso, Denigrante, Humillante, Insolente, Grosero, Abusivo, Desmesurado, Exagerado, Ilegal, Desmedido, Excesivo, Inmoderado, Injusto, Improcedente, Opresivo, Abusón, Arbitrario, Autoritario, Costoso, Dictatorial, Exorbitante, Indecente, Marrullero, Inmerecido, Falaz, Intolerante, Leonino, Mentiroso, Engañoso, Bolero, Embustero, Mendaz, Falso, Hipócrita, Loco, que ha perdido la razón. De Poco Juicio. Demente, Perturbado, Alienado, Orate, Desequilibrado, Lunático, Locuaz, Chiflado, Enloquecido, Enajenado, Insano, Chalado, Majareta, Tronado, Chaveta, Deschavetado, Maniático, Revirado, Ñampeado, Vesánico, Disparatado, Imprudente, Irreflexivo, Atolondrado, Alocado, Insensato, Zumbado, Atarantado, Zurumbato, Venteado, Chisquiado, Bobo, Bobalicón, Zonzo, Pejendejo. Rufián; Persona sin Honor, Perverso, Pervertido, Despreciable, Sin vergüenza, Truhan, Canalla, Bellaco, Granuja, Pícaro, Pillo, Bribón, Baladrón, Bastardo. Hombre dedicado al tráfico de la Prostitución Política, Proxeneta, Chulo, Macarra, Gancho, Lenón, Ponzoñoso, Venenoso, Tóxico, Nocivo, Dañino, Perjudicial, Letal. Malintencionado, Insidioso, Malicioso. Pobres de sus corcholatas, como él las llama y ellas se dejan llamar así, abyectos, sumisos, lame verijas, chupa pitos, sopla estacas, indignos, lame hemorroides. ¿Qué herencia dejan para sus hijos, que recordarán a sus padres, como siervos voluntarios e incondicionales de un loco de capirote, perverso, pervertido y perturbado? Que los hacía bailar con solo tronar los dedos, que les escupía las nalgas y la cara, y se lo agradecían con una sonrisa y una reverencia de agradecimiento. Por más que Lloroña le diga Compuñero presidente, él sabe que simplemente es su gato, que se echa a sus pies para calentárselos. Aunque la loquita de Luisita Alcalde se desgañite gritando que es el mejor Prejimiente de toda la historia de México. Sabe para sus adentros, que ella es una simple y vulgar marioneta desechable, que puede moverla con un solo dedo, cuando ya no tenga tono muscular, en donde debe, me captan, ¿Verdad? De la paupérrima y maltratada de la Vilchismosa, de la que se ha burlado diciéndole en público que no sabe leer, la usa para que lama los gargajos en el atril, al finalizar sus mamarrañeras. ¿Qué podemos decir de Claudita, que se dejó meter mano, delante de toda la nación y la abrazó y besó, con una intensidad solo permitida a su pareja? ¡Pobre chavo, lo que tiene que soportar por ser el primer Damo del país! Todos son ¡Patéticos! Una Selecta Colección de Locos de Capirote. Dios mío, ¡Sálvanos! Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
- Creado el