Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro
Comentario:
"Con Ojos y Oídos de Niño... de 83 Años, Clamando en el Desierto". ((1//)). Mi Decepción con Claudia: Como Persona, como Científica, como Política, como Mujer y como Mexicana. Les explico; al inicio de su gestión, dije y manifesté que deseaba darle un voto de confianza a Claudia, como científica que era. Yo mismo me considero uno de ellos, por mi preparación de post grado, aunque en un campo diferente. Lo cierto es que ambos estamos preparados para generar nuevos conocimientos como investigadores, por medio de la experimentación, que es lo que se espera de una persona con un doctorado. Por lo mismo, puedo decir que somos colegas en la ciencia. Pues bien, con esas creencias fue que esperé lo mejor de Claudia, ya que un científico no puede someterse a intereses que vayan en contra del ser humano. Pero se me olvidó que, Claudia también es política, es de izquierda y además es judía. Estas características radicales en sí, la apartan de cualquier compromiso que hubiera podido subscribir con la ciencia y menos aun, con nuestra Patria mexicana, que, para ella, será la segunda en importancia, como es con todos los judíos. Sabemos que, para un militante de la izquierda radical, además de pertenecer a un partido político, debe soslayar las tradiciones populares, como la religión o una ciudadanía. Y que, por lo tanto, no reconoce compromiso alguno, pactado en los términos del orden social anterior, que podrá negar o incumplir cuando así convenga a sus intereses y a los planes de su partido. Heredera del pensamiento polaco de AMLO. Tiene en su identidad y haber existencial, la fidelidad al judaísmo, afiliación falsa al feminismo y la ciudadanía mexicana en segundo lugar, después de la judía. ((2//)). Las Varias Caras de Claudia. Una, la de activista radical de izquierda, por convicción; otra, la de Defensora de México, por Obligación o Chiripada y las demás, su calidad de judía, doctora y académica. Faltan dos, heredadas de AMLO, su mentor político. La Revanchista y la Triunfalista. Ambas, sellos indiscutibles de la fallida administración AMLOdiana a base de ocurrencias y disparates. Yo les puedo asegurar, sin temor a fallar o equivocarme, que ni en sus más locos y guajiros sueños de opio. Claudia jamás pensó verse envuelta o comprometida con la defensa de México ante gringolandia y su loco presidente. No era o no estaba en sus planes, dictados por su megalomaníaco mentor y tutor de AMLO. Además, que esos no son los planes de la izquierda mexicana. Grump, sin quererlo, ni buscarlo, con sus barrabasadas, amenazas y excesos racistas, aglutinó a la raza y la población mexicana, alrededor de su presidenta. Algo que tampoco ella esperaba, dada la oposición de una gran parte del pueblo que no votó por ella. Así, la popularidad de Claudia, se la debe más a las babosadas de Trump, que a sus aciertos y méritos personales al frente de la Presidencia de la República.
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