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Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro

Comentario:

"Con Ojos y Oídos de Niño de 84 Años... Clamando en el Desierto" La Sexualidad entre mis Alumnos, hace 40 Años. En aquel tiempo, (Illo tempore), platicaba con algunos sacerdotes católicos, conocidos míos. De las cosas que les preocupaban a mis alumnos de ambos sexos, en la Facultad de Psicología de la UANL. Les comentaba la falta de preocupaciones éticas y morales sobre sus prácticas sexuales. Tenían más interés por cosas prácticas y funcionales, como las consecuencias psicológicas y físicas de esas actividades. Por ejemplo, como impactarían en sus relaciones futuras el haberlas tenido o los aspectos sanitarios de posibles infecciones venéreas y su relación con su capacidad para ser padres. El concepto o idea del pecado, no aparecía en su horizonte moral por ningún motivo, en su radar, como dicen ahora. Estaba totalmente alejado de sus preocupaciones y pensamientos. Aun así, los había que me presentaban situaciones únicas. Por ejemplo, un chavo me comentó que hacía más de un mes que mantenía relaciones intensivas y a "Todo vapor", con su novia quinceañera y que le preocupaban las consecuencias emocionales para ella. Cuando me mencionó que él era mayor de edad, le aconsejé que fuera mejor que consultara a un abogado. Y que mejor se preocupara por lo que podría pasarle a él, si los padres de la chica decidían acusarlo penalmente por corrupción de menores. Lo que lo llevaría al penal del estado, donde lo harían "Novio" de varios internos, para que los atendiera sexual y amorosamente. Pues es el trato de privilegio que les dan a los ofensores sexuales, en esos lugares. Las chicas tenían otro tipo de preocupaciones. Algunas realmente irracionales derivadas de consejas de viejas y comadres. Que habían escuchado desde su infancia en boca de sus progenitoras y mujeres de la familia. Entre esas, había una que acuciaba sus fantasías infantiles y adolescentes y aún de adultas jóvenes; Esta era, que una vez que una mujer había tenido relaciones sexuales, aunque hubiera sido una sola vez, se le notaba en el modo de andar. Y que los hombres se darían cuenta que ya no era virgen, por lo cual la acosarían hasta que cediera a sus protervas intenciones. Otras, en sus pensamientos encarnaban los desplantes estéticos de Lady Chatterly, la heroína de la novela de D. H. Lawrence. Aterrada por lo grotesco de los movimientos del acto amoroso. (Que le parecían la lucha de dos arácnidos en pleno combate. Cita mía, eso no lo dijo ella, je, je, je). Lo he bautizado como el Síndrome de Lady Chatterly, pues entre mis pacientes hubo algunas que manifestaron ideas similares a los de la noble inglesa. Un temor más, aunque no lo crean, entre mis alumnas de la Prepa Técnica Médica; ¡Quedar embarazada por un beso en la boca! Hace muchos años que no converso con jóvenes sobre este tema, ni de otros, pues no he regresado a la vida académica. Sin embargo, se me ocurrió tratarlo y ponerlo a la vista de mis amados leyentes, para que me dijeran cómo se comporta la juventud actual. Y cuánto puede haber cambiado en sus preocupaciones y cogniciones. Dado el enorme y constante bombardeo de los medios, sobre sus sensorios de modo y manera irrestricta y hasta perniciosa. Subrayo que mi intención no es moralizante y menos aún, la de Manga Ancha. Corolario; Meses después, los curas me dijeron que habían observado entre sus jóvenes feligreses, lo que yo les había comentado en aquellas ocasiones y que ahora comprendían mejor, el alejamiento de la raza de sus pláticas y exposiciones doctrinales. Me prometieron informarse mejor de los cambios que se estaban dando entre la juventud, como un intento de "aggiornamento", para asesorarlos mejor y más efectivamente en sus dudas. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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