Autor: Ernesto Piñeyro-Piñeyro
Comentario:
"Con Ojos y Oídos de Niño de 84 Años... Clamando en el Desierto". Las Varias Caras del Embarazo; Soltera, Casada, Violada, Viuda, Divorciada o Separada. Para la mujer, puede ser la Gran Vergüenza y Maldición o La Gran Bendición y Alegría Familiar. Aunque no son estas las únicas opciones, pues en el camino entre la soltería y el matrimonio y después de ellos, se dan situaciones que, por igual, son motivo de rechazo, alegría, desesperanza y júbilo. Al hombre que ayuda a embarazarlas, no le ponen tantos peros y críticas por ser padre. Lo que deseo enfatizar, es como el mismo acto genésico que da vida, genera reacciones en contra de la mujer, llamándolo desde pecados y sucias "cochinadas" hasta bendiciones del Altísimo. Ver embarazada a una mujer joven, que se sabe que es soltera, es causa de crítica acerba, burla y hasta desprecio. ¡Pero si la vemos gestando, con todas las señales de un matrimonio bendecido por las leyes sociales y religiosas, exaltamos su condición de futura madre! Aún sin saber si ese matrimonio se pactó voluntariamente y no a la fuerza. Sin embargo, el acto que engendró el producto en ambas mujeres, es igual, ¡exactamente el mismo! Volviendo a las varias opciones que hay en el embarazo entre la soltería y el matrimonio, están el divorcio, la violación, la viudez, el abandono, la separación de cuerpos, la infertilidad y la esterilidad. Estas dos últimas, se parecen, sin embargo, los ginecólogos las valoran como diferentes. Nuestra hipócrita sociedad juzga con varias medidas, cada una de las condiciones y formas de embarazo. No es lo mismo, una mujer violada, divorciada, que una viuda o la que ha perdido varios embarazos y no logra retener al producto, por más que lo intente. Para cada una de ellas, la sociedad posee sus veredictos morales. A la divorciada, que ya de por si rompió con las ordenanzas de que "Hasta la muerte nos separe", juradas en el altar y con el Altísimo como testigo principal, la condena es inflexible. La violada, es victimizada repetidamente por las autoridades investigadoras del delito, que, con morbo singular, le piden detalles del cómo, cuándo y dónde, pasó ese evento. Así como por la sociedad que la crítica por no haberse opuesto a la violación, aunque tuviera una pistola en la cabeza, para convencerla que cooperara. Para la viuda que se embarazó de algún galán anónimo, las burlas son sangrientas, abiertas, porque no supo contener sus "Bajos Instintos Calenturientos" como corresponde a una mujer honrada. Cuando nació mi primera hija, mi mujer escuchó a dos enfermeras que atendían a varias primerizas que se quejaban intensamente de las contracciones uterinas, burlarse y espetarles comentarios como este; "Ahora si te quejas, %$*#!, pero que tal cuando te estabas revolcando con tu viejo, no te quejabas ni tantito, ¡Aguántate ahora!". Esto sucedió en una clínica y maternidad privada, pero alumnas mías me comentaron que, en el Seguro, las enfermeras eran igual de "buenas y comprensivas" con las parturientas. ¡Pueden creerlo! No sé cómo calificar esta conducta de alguien que es auxiliar importantísimo en dar la bienvenida al mundo a un nuevo ser, que en mi opinión deberían de felicitar a las nuevas madres, independientemente de cómo se embarazaron. Y aunque no lo crean, esto sucede en pleno Siglo XXI. ¡Feliz 10 de mayo, retroactivo 100 años para todas las madres!
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